Friday, March 16, 2007
U2: All that you can´t leave behind (la importancia de lo importante)
Mafalda responde a Miguelito con una drástica frase ante la pregunta de éste sobre si ella cree que “los ángeles pueden volar hacia atrás”. La respuesta es algo así como: “eso es lo que necesitamos en este país, gente que dé importancia a las cosas menudas, y no zanahorias que den importancia a lo importante”.
La amistad es uno de los temas realmente importantes de la vida. La comunicación de la propia intimidad a otros, de los que a su vez conocemos sus preocupaciones más íntimas, es algo que nos hace más maduros, más sensibles y más humanos. Se puede decir de mil maneras, más o menos estereotipadas, que el reducto interior del hombre (su conjunto de pensamientos íntimos, deseos interiores alcanzables o no, aspiraciones más o menos elevadas o rastreras), alcanzan su verdadera dimensión cuando son comunicadas.
Muchas veces basta decir algo que llevábamos pensando desde hace días -comunicárselo a alguien con quien tenemos confianza-, para saber que hemos estado dedicando el tiempo a una tontería, o que por el contrario estamos en el camino seguro para resolver uno de los grandes problemas de la humanidad (o de nuestro vecindario).
Ningún hombre -el orgullo inherente a todo lo humano nos lo impediría-, alcanza el éxito sólo para sí. Alguien puede ser más o menos orgulloso, pero si consigue situarse en la cima de determinada situación social, con un bienestar material envidiable y con todas sus necesidades cubiertas, procurará hacer partícipes a sus amigos de esa privilegiada situación, si no para compartir con ellos algunas de sus abundantes posesiones, sí al menos para dejarles claro que tiene cosas que ellos desearían:
“¿Qué vida merece vivirse, como dice Enio, si no descansa en la mutua benevolencia de la amistad? ¿Qué cosa más dulce que tener con quien hablar de todo tan libremente como consigo mismo?¿Sería tan grande el placer de la prosperidad, si no tuviéramos quien se alegrara tanto de ella como nosotros? Y, asimismo, sería difícil soportar la desgracia sin uno que la sintiera incluso más que los que la experimentan.” Cicerón, De amicitia.
La amistad en esta vida lo es todo. Precisamente porque la relación de amistad no es una relación necesaria, porque se puede vivir sin amigos, o porque se puede sobrevivir teniendo sólo una relación superficial con mucha gente a los que se llama amigos (y con los que rara vez se comparte más que una noche de juerga o unas preocupaciones ligeras), precisamente por eso la amistad es algo que dignifica la vida de todos y de cualquiera. No es necesario tener amigos para seguir viviendo, pero ¿quién puede afirmar que una vida plenamente humana prescinde de esos buenos ratos que nos brinda la amistad verdadera? Esa vida de tratos superficiales y amistades pasajeras sospechamos que no merece demasiado la pena ser vivida.
También podemos formular la cuestión desde su punto opuesto: ¿existe algo peor que no tener amigos? Evidentemente los caracteres personales influyen a la hora de relacionarnos con la gente, y hay personas -todos las hemos conocido-, que no se dan a conocer con facilidad y podría decirse que no llegaremos nunca a saber realmente qué piensan de la vida o qué acabarán haciendo en el futuro, porque no son muy comunicativos. Y de la misma manera, hay otros que parecen haber nacido para conquistar el mundo con su capacidad innata para cautivar, con su seducción personal que los lleva siempre a presentar sus propias decisiones como las más útiles, o a hacernos pensar que su forma de ver las cosas es sin duda mucho más acertada que la nuestra.
Una persona verdaderamente humana, con un mínimo de sensibilidad y de capacidad de aprecio, disfruta viendo disfrutar a sus cercanos. Las alegrías compartidas son mucho más alegres, y las fiestas entre amigos son mucho más festivas. Nadie se lo pasa bien solo, y todos deseamos en lo más profundo de nuestro ser que alguien de ahí fuera entienda y comparta nuestras preocupaciones o éxitos. La amistad es una de esas cosas que no se pueden dejar detrás, sólo para ser usada en caso de necesidad. Es algo de importancia capital en nuestra vida.
José Ramón Ledesma